Han pasado ya muchas lunas, estrellas caídas y primaveras florecidas. Los caminos de adoquines amarillos que siempre pisamos nos conducen a Oz, un mundo nuestro mágico.
Por un momento pensé que me echarian bronca por hacerme una foto. Cuando fuimos a París no nos dejaban retratarnos con estatuas así de la hello kitty y heroes. Teniamos que hacerlos a hurtadillas.