Fue ayer que Mahme y yo conversábamos sobre lo que era importante en esta vida y lo que daba la felicidad.
Para ser sincera, llevo desde que era pequeña pensando y meditando mucho acerca de los componentes felicidad. Nunca he llegado a determinarlos y siempre que he preguntado a la gente me han dado ópticas muy diferentes.
Para mí, era tener dinero, tener fama, trabajo, amor, respeto, perros, casa... ¿muy materialista no? Luego, hace años; cambié y empecé a ver que la felicidad era lo que sentía entonces: tener el corazón contento como dice Marisol. Lo demás sobraba y era lo más importante. Si tienes amor, tienes la energía de encarar el día y lo demás te viene rodado y no pesa tanto. Decía "para qué necesito un coche mejor si el coche no me hace sonreir".
Ahora sigo pensando igual, lo material no lo es todo. Pero ante la falta del corazón tampoco entiendo lo que llena ahora el concepto de felicidad.
Volviendo, Mahme me decía "viajo en tren , me da el sol en la cara, escucho música, miro por la ventana las nubes y el paisaje. Esto me da a mi "la felicidad"" Las pequeñas cosas de la vida son las que me llenan".
Es lindo ¿no? Suena poético, romántico,idílico, perfecto.
¿Pero hasta cuándo aguantas?
Ésta es la pirámide de las necesidades que se supone que llevan a la felicidad del hombre. Diseñada por Maslow.
Y tampoco me sirve! Las necesidades fisiológicas se supone que todos las saciamos . Es lo más básico. LA seguridad la deberíamos tener cubierta ya sea por el sistema del Estado o por otros medios. Y aquí ya chocamos con premisas que empiezan a cogear: trabajo, propiedad, y vamos subiendo : amigos, éxito...
Es imposible no fallar en una de estas. Por lo que me haría pensar ¿vivimos en un mundo de infelices?. Quizá en España haya más de 6 millones de personas que lo sean.
¿Entonces qué?¿Volvemos a replantearnos el concepto?
Si parece que ahora lo que dice Mahme sea lo correcto: las pequeñas cosas de la vida.
Pero yo soy muy pescadilla, en cuanto parece que tengo mi conclusión sobre el tema vuelvo a caer en el gran interrogante. Y es que un pájaro cantando, un sol brillante, un jardín con flores me adornan el paisaje, me hacen ameno el camino. Pero cuando llego a casa debo estar buscando otro enganche para mantener el estado. No son la clave por lo tanto. Es necesario algo que esté permanentemente dentro de tí y que te revolucione la sangre. Habrá quién pensar en su trabajo fantástico ya sienta eso, otros pensarán que su cuenta de ahorros es la décimo tercera maravilla del mundo, quienes digan que la sonrisa de su pareja al llegar a casa o su compañía sea suficiente, otros que ayudar a la gente les sacia todo...
No sé, y llega ese punto que divago y no aporto. Debemos acabar el tema como buen orador y exposición dejando en el aire de nuevo la duda. Sé lo que no me da felicidad, de ahí ¿podemos partir a encontrarla?.